25 de agosto de 2010

Mel Zelaya se dirige a los hondureños

Mel Zelaya, el último presidente democrático y legítimo de Honduras, derrocado por un golpe cívico-militar dirigido por Estados Unidos y ejecutado por altos cargos del ejercito y del Congreso hace un año, ha enviado una misiva a su pueblo desde su exilio en República Dominicana, en estos momentos en los cuales en su pais el poder se mantiene en manos de un régimen brutal cuyo fin es repartir la riqueza nacional a las transnacionales y cercenar la resistencia popular (y todo esto con el aplauso o la indiferencia de la comunidad internacional, con la excepción de las democracias revolucionarias del ALBA).

Zelaya recuerda la lucha actual de los maestros hondureños, y pide, para enfrentarse a la represion y a su pasmosa impunidad, la unidad inquebrantable de los trabajadores y las trabajadoras, fundamentalmente alrededor de Frente Nacional de Resistencia Popular.

"Me dirijo a ustedes para darles fuerza y aliento en este momento en que los niveles de brutalidad del régimen sólo se pueden comparar con la carrera desesperada que tienen por entregar todos los bienes de los hondureños al capital transnacional y sus representantes locales.

En la historia nunca antes vivió nuestra patria una situación más difícil, ni nos tocó enfrentar la insaciable ambición de unos pocos que hoy se revelan sin reservas ante nuestros ojos y de los extraños.

El estado de indefensión de nuestra población ante las fuerzas represivas es palpable. Tenemos que unirnos para vencerlos.

Las víctimas de la represión en el golpe de Estado, igual que el que recibe las palizas y las torturas, hoy son sometidos a bochornosos juicios, que no tienen ninguna razón jurídica, pero sí expresan la arbitrariedad y la barbarie que hoy prevalecen en las instituciones hondureñas.

Deseo expresar mi reconocimiento a los compañeros comprometidos con los DDHH por su condición de verdaderos representantes de la justicia en Honduras.

Por ahora el gobierno de Porfirio Lobo, por orden de la oligarquía, sólo busca conjurar la unidad del movimiento magisterial y el obrero, que luce ante sus ojos como la fuerza que tiene que desarticular a toda costa.

La situación actual, si bien permanece aún incierta, debe derivar en la UNIDAD de todas las fuerzas sociales. Debemos tener la seguridad de que cada día más los trabajadores del campo y la ciudad encaminen sus esfuerzos a la unidad y la organización, a conjuntar paso a paso las posiciones de todos los sectores frente a esta lucha y las luchas por venir.

Las demandas para crear la unidad y el respaldo popular no deben ser tímidas, deben ser enérgicas y claras frente a la impostergable necesidad de mejorar las condiciones de vida del pueblo.

Considerando el pobre nivel de compromiso que tiene este gobierno con los sectores sociales se debe ser vital, contundente y categórico en lo que demandan las clases populares y no ceder espacios que corresponden en la lucha a la clase trabajadora.

Los maestros en lucha deben tener todo el apoyo hasta vencer el menosprecio con que se les trata y sus reclamos priorizados, deben ser parte integral de las demandas.

El salario mínimo para los obreros es merecido y debe ser correspondiente al costo de la canasta básica de alimentos, que oscila en promedio entre L 6.600,00 y L 6.900,00 mensual (1 dólar = 19,89 lempiras).

No es una dádiva lo que necesitamos. Exigimos lo que por derecho le corresponde a la clase trabajadora.Este año debe estar incluida la maquila por deuda y compromiso con ellos.Se debe hacer un llamado general a la centrales obreras, a los campesinos de todo el país, especialmente del Bajo Aguan en lucha intensa y desigual, a integrarse a los sectores con derechos postergados por siglos: indígenas garifunas y misquitos.

Todos los acontecimientos nos muestran a las claras un esquema en que se trata de imponer por todas las vías el temor y la división de todas las fuerzas de oposición tanto políticas como sociales con el fin de doblegar la resistencia.

Hoy revierten todas las leyes, decretos, regulaciones y medidas que tomamos en beneficio del pueblo.Medidas que muchas veces significaron choques con la oligarquía que siempre se empeña en cobrar a la gente sin importarle los niveles de neoesclavitud y de pobreza.

El acceso a los servicios básicos, casi todos privatizados, al crédito del sistema bancario con bajos intereses para los campesinos, bajar el costo de la vida, medicinas, salud, educación, debe ser considerado en los planteamientos.

La salida violenta y la aplicación del puño fuerte para los trabajadores y guante de seda para los golpistas y la oligarquía es el peor de los caminos que ha escogido el régimen actual, cada día tiene mayor rechazo del pueblo.

Compañeros, compañeras, el momento requiere de un gran nivel de esfuerzo y avance para la organización; el camino es la unidad inquebrantable de los trabajadores y las trabajadoras, fundamentalmente alrededor de Frente Nacional de Resistencia Popular.

Muchas veces la elite cree equivocadamente que trabajadores son sólo los que nos manifestamos en marchas; trabajadores somos todos aquellos que debemos entregar nuestra fuerza de trabajo por salarios y otras compensaciones que en la mayor parte de las veces ni en las labores domésticas se nos reconocen .

Por esta razón, es importante entender que el movimiento popular es un todo, que la clase trabajadora, empleada, desempleada, subempleada, en el campo y la ciudad, debe sentirse unificada, identificada en esta lucha.

Les invito a participar, asociarse con firmeza y convicción, estoy seguro, convencido, de que la victoria está en nuestras manos, es nuestra, pero no dejemos que el que el futuro incierto, dominado por la arbitrariedad con que nos gobiernan, se apodere de nuestro ánimo.

A la clase gobernante le decimos: Ustedes se equivocan porque quieren, no perderemos nunca el derecho al agua, al trabajo y a la vida y los derechos que nos pertenecen. No permitiremos, aunque nos la quieran imponer, la tercerización y las jornadas horarias o que nos administren los sectores que han demostrado traicionar al pueblo.

Somos miles y miles que no tenemos trabajo, vendemos productos bajo préstamos a intereses leoninos y somos víctimas de la violencia, de la injusticia, de la corrupción y de la impunidad, los que sufrimos la persecución vil del sistema judicial abyecto y pusilánime, los que permanecemos en el exilio por la fuerza de los fusiles asesinos, todos somos un pueblo, y todos estamos marchando hoy con los obreros y especialmente con los trabajadores de la educación, con el magisterio, hasta parafrasear a Morazán cuando hablaba a los conservadores:

"A Ustedes hablo, enemigos de la libertad... Este pueblo que habéis tratado de envilecer con vuestras mentiras pronto será vuestro juez.""

www.rebelion.org/noticia.php?id=111786

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